Una de las primeras cosas a tener en cuenta es el espacio que tenemos para colocarlas. Los alargados y estrechos son más propicios para las mesas imperiales y los más anchos y cuadrados para las redondas.
Otra cuestión importante es el número de invitados. A veces si el número es elevado no es posible poner tantas mesas redondas porque ocupan más y acomodan a un menor número de personas.
Aunque por otra parte, las redondas facilitan la conversación y el contacto visual entre todos los comensales. Lo ideal es de 8 a 10 comensales, como mucho 12.
Por su parte, las imperiales ayudan a colocar grandes grupos sin tener que separarlos, aunque se generaran varias conversaciones por la imposibilidad de estar todos en contacto.
Si váis a poner a varios grupos en una mesa alargada os aconsejamos marcar los sitios para aseguraros que nadie quede descolgado.
A la decoración también le afecta el tipo de mesa. Aunque en las dos se pueden hacer cosas preciosas, las imperiales son más dadas para adornos florales espectaculares y candelabros, mientras que en las redondas priman las composicones grupales más reducidas y concentradas.
Lo habitual suelen ser las redondas aunque parece que las imperiales han vuelto para quedarse. Hay casos en las que se combinan estos dos tipos de mesa, aunque nosotras no lo aconsejamos porque pueden crear diferentes ambientes dentro de la boda.
Photography Jonathan Young Weddings vía The Knot
Y ya sabéis coged los tacones y... ¡vámonos de boda!
¡Feliz Navidad!
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